“Su madre le obligó a casarse con su marido, tenía 17 años”, tradujo de repente la chica joven turca al inglés. Abrí los ojos al máximo, hablabamos de otras cosas, sobre el trabajo, la vida, los hombres, cómo son los hombres, en ese momento soltó aquello la chica joven turca. El sol caía mientras cenábamos en el balcón de una casa en Izmir: hacía calor, pero el día se soportaba con más alivio, a finales de agosto.
Tres mujeres compartíamos mesa, dos jóvenes y la tercera de edad más avanzada; comenzó a hablar, de forma espontánea, sin preguntas de por medio.
El rostro de la mujer de edad avanzada es el rostro de una persona cansada de la vida, sin resignación, como si el hecho aludido fuera corriente, ninguna de las dos se inmutó, sin perder la sonrisa en el rostro, pero los ojos, los ojos cansados.
La mujer de edad avanzada hizo una pausa, como ocurre en cualquier conversación con personas turcas, la costumbre de hacer una pausa antes de hablar, el precedente para ser escuchadas. Relató en turco, la miraba, preguntándome cómo puede sentirse una persona, una mujer obligada a ser casada.
“A su hermana también le obligaron”, añadió la chica joven turca, “yo llegué a quererlo, pero ella no”, en esta ocasión tradujo en primera persona. La mujer de edad avanzada inclinó los ojos hacia abajo, en una mueca de decepción.
La hermana se separó unos años después de haber contraído matrimonio, no soporta a su ex marido, él ha vuelto a contraer matrimonio, la mujer de edad avanzada también se separó, desde entonces no quiere saber nada de los hombres, su marido desaparecía durante meses, se jugaba el sueldo en juegos peligrosos, desatendía las obligaciones familiares.
“A los tres meses de casarnos me obligó a ir al médico para que me hicieran un examen sobre por qué no me había quedado aún embarazada”, tradujo de repente la chica joven turca. Volví a abrir los ojos al máximo.
El rostro era el de la rabia contenida, el absurdo llevado al extremo de (no) cumplir la voluntad de la otra persona. Pregunté quién le había obligado a casarse con él: “fue mi madre, a ella también le obligaron a casarse, cuando tenía 14 años”.
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (1979) estipula en su artículo 16.1 que “los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer”, Turquía consentió el Convenio el 20 de diciembre de 1985, entre dichas medidas, se hace referencia a la implantación de condiciones de igualdad entre hombres y mujeres. “El mismo derecho para elegir libremente cónyuge y contraer matrimonio sólo por su libre albedrío y su pleno consentimiento”, especifica el Convenio.
Al mismo tiempo, este instrumento recomienda los 18 años de edad como edad mínima para contraer matrimonio. Hasta 2002 la edad mínima legal para contraer matrimonio en Turquía era de 15 años para las chicas y 17 para los chicos, aunque en la actualidad se ha modificado a los 17 años para ambos.
“Antes, cuando a una mujer le bajaba la regla por primera vez, se le casaba, ahora ya no ocurre, solo en Diyarbakir”, tradujo la chiva joven turca. Un comentario muy reiterado en Izmir, ciudad de aires modernos, la tradición también aprieta aquí, ese factor está presente en todo Turquía, aunque según en qué zona estés, influirá en mayor o menor grado.
En Izmir son muy defensores del padre de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, de hecho se entiende una mayor apertura, menos restricciones en la pareja, menos restricciones en la mujer, sin embargo, la realidad enseña una cara algo cruda, bastante desagradable.
Tanto mujeres como hombres inclinan de un lado a otro la cabeza, en señal de protesta por la situación de la mujer kurda en el este del país. Pero nada se dice sobre chicas jóvenes turcas también obligadas a casarse en Anatolia.
Según la organización feminista Uçan Süpürge, que trabaja para promover los derechos de la mujer y visibilizarla, tras una investigación sobre matrimonio infantil presentada ante el Parlamento turco en 2012, destacó que el 28,2 por ciento de las bodas turcas son con niñas, aunque en algunas regiones del sureste esa cifra sobrepasa el 50 por ciento de los enlaces matrimoniales. Una de cada tres mujeres menores de 49 años se casó antes de cumplir los 18 años.
El Informe sobre las perspectivas para las mujeres en Turquía de cara a 2020, presentado ante el Parlamento europeo en 2012, subraya que, “según las informaciones oficiales facilitadas por el Instituto de Estadística de Turquía, el 39 % de las mujeres turcas han padecido violencia física en algún momento de su vida; está profundamente preocupado por la frecuencia y la gravedad de la violencia contra las mujeres, incluidos los crímenes de honor y los matrimonios precoces y forzados, así como por la ineficacia de las medidas existentes y por el laxismo de las autoridades turcas por lo que se refiere al castigo de los que perpetran delitos de género“.
Le pregunté cómo se había sentido. Se quedó callada, murmuró en turco, se sorprendió de que le preguntara eso, alzó las manos mientras hablaba moviéndolas nerviosa, en gesto de que no sabía. La chica joven turca tradujo: “nunca había salido fuera, no conocía nada, no sé, no pude hacer nada”.
Al instante continuó hablando en turco, el tono de voz cambió, como si adquiriera más fuerza. “Mis hijos se casan por amor, no como yo, jamás obligaría a ninguno de ellos a casarse con alguien a quien no quisieran”, tradujo la chiva joven turca.
Una de cada tres mujeres menores de 49 años se casó antes de cumplir los 18 años.
Chica con horarios máximos de llegada a casa
En otra ocasión, durante una cena de Raki/fish con una pareja turca, él, que sí hablaba inglés, alertó de que debíamos acabar pronto porque tenían que irse. Abrí los ojos al máximo: miré el reloj, apenas eran las once de la noche.
El raki es una bebida de aroma a anís, bastante fuerte, que se acompaña con el pescado, una especie de sol y sombra que había en España allá en los tiempos en los que los hombres de edad avanzada bebían a destajo, los tiempos eran sombríos en aquella época de España (en la actualidad también, pero diferente), recién inaugurada la democracia, cuando el ambiente era gris.
De vuelta a la escena de la cena con la pareja turca, en un restaurante precioso, sentados sobre un muelle desde el que se escuchaba el murmuro de las olas pequeñas contra el edificio en el que nos encontrábamos, pregunté por qué teníamos que irnos, era sábado, apenas las once de la noche.
“Ella tiene una hora máxima”, respondió. “No puede llegar a casa después de las doce de la noche”, añadió. Abrí los ojos al máximo: “¿hora máxima?, trabaja en un banco, tiene su propio coche, ¿necesita permiso para llegar a una hora u otra?”, pensé. Omití decirlo en alto, y le dije a él que le preguntara a ella cómo se sentía con la obligación de llegar a una hora máxima.
A ella le da vergüenza hablar inglés. La traducción consistió más o menos en: “Me parece normal, ¿cómo sabe mi familia dónde estoy o qué hago?”. Abrí de nuevo los ojos al máximo.
“La familia debe saber con quién se relaciona, ¿qué ocurre si está con un chico malo?”, preguntó el chico joven turco. Hizo una pausa, esperaba mi respuesta o tal vez se trataba del precedente para ser escuchado.
A veces es difícil no juzgar una situación, cuando algo no suena bien, o algo no concuerda. ¿Por qué ella tiene una hora máxima de llegada y tú no?, pregunté. “Yo también la tengo”, se rió.
Y explicó que en su caso su madre no le imponía una hora máxima, pero sí su novia. Abrí los ojos al máximo. Me preguntó cómo creía yo que debía de ser la educación de una hija. Respondí: “la educación de una persona debe consistir en libertad, ella debe de tener las herramientas necesarias para hacer frente a la vida, incluida, una situación en la que se relacione con un chico “malo”. Aquello lo desubicó un poco.
Poco después de esta conversación una persona me advirtió de que al no entender turco pierdo muchos detalles de las conversaciones, lo que puede generar malentendidos. Esa misma persona me advirtió de que la mujer del horario máximo ha disfrutado de mucha libertad a lo largo de su vida, pero ahora, al estar prometida con él, a punto de casarse con él, el mensaje de la familia es claro: “Respeta a nuestra hija”. Abrí los ojos al máximo.
Chica obligada a casarse por quedarse embarazada
Ocurrió de forma espontánea, hacíamos una barbacoa a orillas del mar. En verano es un hecho muy común: muchas familias salen fuera a cenar, de esta manera disfrutan del aire fresco sin el calor que hostiga a lo largo del día. En nuestro caso nos encontrabamos un grupo de amigos, había una chica. La chica comenzó a hablar, según traducción, le da vergüenza hablar en inglés, sobre la hermana de una amiga que tuvo que casarse porque se había quedado embarazada. Después de casarse, perdió al niño, en estado avanzado. La forma de hablar me llamó la atención: me recordó a la España franquista o post-franquista cuando se murmuraba sobre las mujeres, cuando las mujeres debían de contraer matrimonio para no deshonrar a la familia o no deshonrarse a sí mismas o no deshonrar a la Iglesia.
Declaración Universal de los Derechos Humanos 1948:
– Artículo 3: derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad personal.
– Artículo 5: prohibición de las torturas y las penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
– Artículo 7: Igualdad ante la ley y protección contra la discriminación.
– Artículo 12: derecho a la vida privada y familiar; inviolabilidad del domicilio y la correspondencia.
– Artículo 16: derecho a casarse y a formar una familia.
– Artículo 19: libertad de expresión y opinión.
– Artículo 28: derecho al establecimiento de un orden social e internacional en la que los derechos y libertades procalamados en la Declaración sean plenamente efectivos.
– Artículo 16.1 g) Convenio sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer 1979.
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Cada ves que leo esta clase de articulos donde hay tanto discrimen en contra del sexo femenino, le doy mil gx a Dios de haber nacido en Puerto Rico, xq de haber nacido en algun pais asi de machista como Turquia u otro pais musulman ya estaria o presa o muerta
Hola no se como entre a esta página pero lo que pude leer es muy doloroso tanto para las mujeres como los hombres sabía o avia leído por ahí que en Turquía era machista pero veo que son costumbres y que lo único que sufren son los elegidos a una vid a forsada por sus padres
Quiero contarle mi historia.
Trabajo en Turquía y conocí una chica turca de 32 años, al principio de la amistad todo era conversación por WhatsApp ya que el idioma era la limitante pero utilizábamos el traductor, en algunas traducciones se nos hacía un poco difícil ya que entendía otras cosas, luego logramos salir, conocernos un poco más, tomar una taza de café. Yo trataba de aprender un poco el idioma para que ella fuera un poco más abierta conmigo, la pasábamos muy bien en persona y conversado por el mensaje de WhatsApp. Yo le hacía preguntas sobre ella para conocer más de quien era, porque a su edad no tenía novio o si había tenido alguno, entre la traducción no entendía muy claro el porque no tenía o si tubo ya que ella no le gustaba conversar mucho sobre ese tema. Fueron varias veces que pregunté hasta tal punto que me dijo que si volvía a preguntar no me volvería hablar y por supuesto no la vería más. Trate de no hacer ese tipo de pregunta pero esperaba que ella misma me comentara más sobre ella y su familia y costrumbres, las veces que salimos era muy lindo disfrutábamos con todas las restricciones para una persona como yo latino. Yo trataba de verla todos los fines de semanas pero era imposible siempre tenía una reunión familiar etc, las salidas eran casi mensualmente y hasta un poco más, le contaba rosas ? la invitaba almorzar pero estas eran mensualmente por lo comentado anteriormente, ella es muy linda y muy carismática, es sus ojos se le notaba lo bien que la pasaba conmigo pero luego comenzó a portarse un poco extraña ya casi no contestaba los mensajes y cuando lo hacía casi no conversaba, sólo logré conocer dos hermanas en persona, una amiga y un hermano pero este solo por fotos. Ella me gusta mucho y creo que cometí un error.! “ me enamore” pero ella no se de verdad.! Me trataba de una manera muy linda cuando lograba que saliera conmigo y luego por mensaje era otra persona. Cambiaba de ánimo de un momento a otro, en casi un año de haberla conocido sólo intenté besarla una ves y no le gusto, me reclamo por intentar hacerlo me dijo que si lo volvería hacer nunca más la vería de nuevo. Eso me puso un poco mal, porque entendí que estaba enamorado pero no se que faltaba para que ella diera ese paso que yo esperaba, siempre me decía que le diera tiempo pero nunca me daba una muestra de interés a pesar de lo bien que se sentía al estar conmigo. Hacer más dos semana de nuestra última salida la pasamos muy bien que me sorprendió al pasear conmigo tomada de la mano que me sentí tan emocionado ustedes comprenderá soy una persona latina y nosotros tenemos otra cultura y otras perspectiva a la hora de salir con una chica, ese día la pasamos muy bien y nos despedimos sin darle un Besos por respetar lo que siempre me pedía pero esa felicidad me duró poco hasta que conversamos nuevamente como habitualmente lo hacíamos con mensajes de WhatsApp y me pidió que le enviara más mensajes y no la buscara más que lo nuestro nunca podría ser.
Estoy completamente destrozado no me responde los mensajes, me bloqueo y no la llamo por que aún no podemos mantener una conversación fluida en su idioma, español o inglés.
Me siento tan mal que no quiero hacer nada, no comprendo su comportamiento.
Si alguien conoce más sobre algún caso parecido les pido me ayuden a comprender esta cultura que me ha dejado ?. Mal.
Muy triste que a una la obliguen a casarse con alguien que no quiera, igual aplica para el hombre, pues muy pocos casos se dan que terminen amándose, tal vez se acostumbrarán… Menos lo entiendo al haber nacido en occidente. Ojalá esas costumbres vayan desapareciendo.. Me he interesado por las tradiciones y costumbres turcas por las novelas, además no me imaginaba ni remotamente que Turquía fuera tan bello como se ve en fotos. Muy bueno tu blog. Felicitaciones.
Hola Yolanda,
sí, desgraciadamente aunque no se trate de un tema muy visible ni del que se hable mucho, ya que en muchas ocasiones el foco se centra en la belleza de Turquía y todas sus cosas buenas, lo cierto es que el matrimonio (infantil) forzado ha tenido un impacto brutal en Turquía. Si no recuerdo mal, al leer un documento sobre esta lacra, me acuerdo de la cifra de un 48 por ciento de mujeres que habían sido obligadas a casarse, aunque hace ya mucho tiempo, es decir, mujeres que corresponden a otras generaciones. Aunque la lacra ha disminuido, en realidad en determinadas zonas del país sigue existiendo.
Y sí, es un país precioso, con sus luces y sus sombras, como todos los lugares del mundo.
Muchas gracias por pasarte por aquí y un abrazote.
excelente Me encanto este Contenido,excelente nota y la verdad que no me gusta para nada como es que vive la Mujer en turquia,Cosas asi me hacen Agradecer de haber nacido en un pais que Si puede que sea algo “Machista” pero no a la Exageracion,tal vez antes,pero siempre manteniendo La libertad tanto de el hombre o de la mujer para terminar eligiendo a la persona que seria su compañera a la hora de contraer nupcias,con respecto de Los embarazos,pero no tan al extremo como sucede hace ya tiempo en Turquia,es Triste,Lo se pero bueno,pasan tantas cosas en el Pais que de algo hay que estar felices al menos,por mas minimo que sea en mi Argentina no?…Saludos!!!…. y una pregunta,Despues de La experiencia para escribir tu Articulo Pudiste volver a dormir con los Ojos cerrados?… Digo porque Quedo claro que en todo momento vos ABRIAS LOS OJOS AL MAXIMO!!!… jajaajaja… Es el unico Error que destaco,Usaste demasiado esa Exprecion,con una o Dos como maximo Tal vez quedaba mejor Adornada… Pero eso como que “canso” un poco la vista!.. saludos!.
Hola Eva,
Gracias por tu comentario. Sí, es una situación bastante desagradable. Tomo nota de tus impresiones sobre la exprrsión que he utilizado a lo largo del texto, y te lo agradezco, lo que me llama la atención es esa pregunta irónica que yo te devuelvo: has podido descansar? Lo digo porque no hay ni un solo punto en el comentario. Un poco de educación cuando visitamos Casas ajenas, más cuando nuestra propia Redacción no es un buen punto de partida. Saludos.
La violencia hacia las personas en nombre de nobles empresas cuando lo que subyace es el miedo es una constante en las relaciones de pareja y de todo tipo en Turquía.
También resulta muy impactante (y no es baladí) que en el caso de la primera chica, fuera su madre (y no su padre) quien la obligó a casarse. Lo verdaderamente terrible de la violencia hacia la mujer, el patriarcado, viene instaurado por nuestras madres y toma trazos de lealtad en las hijas. Tenemos un trabajo muy profundo que hacer.
Me ha interesado mucho el artículo, Josune, si vamos juntas a Turquía les vamos a sacar chispas a las entrevistas!
Un muxu!
Hola Elena,
sí, estoy muy de acuerdo contigo. Cuando hablaba con ella, me llamó también mucho la atención que fuera la madre y no el padre. Es un matiz muy significativo.
Sí, tenemos que ir, lo vamos a disfrutar mucho-mucho¡¡¡
Otro muxu de vuelta preciosa 🙂
Parece increíble que a día de hoy aún existan situaciones como las que describes…deberían de hacer algo con esa situación y postularnos ante esta situación.
Sí, es muy desagradable, yo me quedé un poco tocada después de hablar con la mujer, y sí, algo se debería de hacer porque al fin y al cabo la igualdad de género es la que en realidad garantiza una sociedad civil fuerte y democrática, pero en Turquía, se va a pasitos muy pequeños.